La historia del yoga comienza en Drávida, un pequeño pueblo situado en el valle del Indo, hacia el año 2.500 a.C. Un bailarín de este pueblo empezó a investigar con su cuerpo buscando ejercicios que aportaran mayor elasticidad, fuerza y belleza a sus danzas. Inspirándose en la naturaleza, en los animales y en su propia intuición, desarrolló un sistema de posturas que hoy en día se conocen como Ásanas y son parte fundamental del yoga.
La gente del pueblo drávida quedó fascinada por la belleza y complejidad de los movimientos de este bailarín, por lo que lo llamaron Nataraj o rey de los bailarines. Así fue como Nataraj fue ganando seguidores que empezaron a practicar con él, dándose cuenta de que estos ejercicios les proporcionaban no sólo beneficios a huesos y músculos, sino también al sistema inmune, digestivo, mejora del ánimo, etc.
Aumento de resistencia, flexibilidad y fuerza física. Control de las emociones, alivio del estrés. Fortalecimiento del sistema óseo-esquelético. Mejora de las digestiones. Facilita un sueño reparador. Predispone a una actitud positiva en la vida. Fortalece el sistema inmune y el corazón. Mejora y aumenta la capacidad respiratoria
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